ADIOS PENDRIVE, ADIOS...
Esta mañana me han robado el pendrive en mis propias narices.
Toca el timbre. La clase termina en el aula de informática. Mis alumnos salen. Otros que deberían seguir esperando fuera a que llegara su profesor entran. Los hago salir. Me voy. Me acuerdo de mi pendrive olvidado en un ordenador del fondo y vuelvo. Ya no está. Ha bastado un minuto para que mi unidad de almacenamiento externo con ansias de independencia me abandone. Como consuelo descubro el capuchón, eso me hace pensar que no lo he perdido por ahí. No estoy loco. Estaba allí. Pregunto a ambos grupos de alumnos. Nadie sabe nada. Normal. Me voy con un cabreo disimulado (que soy profesor…).
Trato de autoconvencerme de que no valía tanto…, de que la información que llevaba mi “Houdini-dispositivo” no era tan relevante…
Supongo que esto es un reflejo de lo que pasa en la calle. Si pierdes de vista algo, lo pierdes.
Ahora me queda una sensación de frustración. Un solo alumno me ha hecho desconfiar de otro montón. Un solo culpable me los hace parecer a todos. A partir de ahora, intentaré que no me vuelva a pasar. Veré amigos de lo ajeno en todas partes. Tomaré precauciones. Me volveré desconfiado.
Ahora soy más completo, más precavido. Ya no me pasará más. Quizás deba darle las “gracias”. No, va a ser que no.
2 comentarios
Eduardo -
Carlos Arribas -
Una gran oportunidad para adquirir un pendrive con 8 GB (y con un candado y una cadena).
Saludos
Carlos