COCHES HÍBRIDOS
Es lo que toca: el petróleo es cada vez más escaso, más caro y de peor calidad. Diariamente se consumen 83,7 millones de barriles y, si no se invierte la tendencia, en 2020 se quemarán 112 millones de barriles diarios.
En sí, estas cifras dicen poco, pero si tenemos en cuenta que ahora, en un año, se consume cuatro veces más petróleo del que se encuentra, es fácil entender por qué no hay experto que no vaticine que una gran crisis energética se avecina.
La consigna es reducir el consumo de hidrocarburos mientras se desarrolla lo que se ha venido en llamar “economía del hidrógeno”, en la que las mentes preclaras tienen puestas las esperanzas energéticas del mañana. No debemos olvidar que el hidrógeno no es en sí una fuente de energía, sino un vector energético. Es decir, para conseguir que el hidrógeno libere energía es preciso emplear energía.
Mientras se solucionen los problemas técnicos, se crean las infraestructuras y se define con qué tipo de energías produciremos el hidrógeno, la industria ofrece propuestas encaminadas a retardar la crisis energética y aventurar la nueva era.
En la actualidad se están construyendo vehículos híbridos, que son aquellos que combinan dos motores; uno eléctrico y otro de explosión. Ambos se encargan de mover el vehículo, pero cada uno entra en funcionamiento dependiendo de las circunstancias. Generalmente, es la mecánica eléctrica la que se ocupa de poner el coche en marcha, de modo que el motor de gasolina sólo actúa como apoyo de éste. El motor eléctrico no necesita enchufarse a la red, “chupa” de las baterías que se recargan mediante el motor de gasolina, durante las deceleraciones, o frenando y recuperando energía cinética, lo que supone una reducción considerable en el consumo de combustible y emisión de gases contaminantes. Para saber más sobre coches híbridos alternativosPara saber más sobre la economía del hidrógeno: Iberdrola, Jeremy Rifkin, EE.UU.
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Eduardo -